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Memoria autobiográfica

La percepción de nuestra identidad se construye sobre la memoria autobiográfica

 

Armelle Viard

 

Del hombre no solo se puede hablar en tercera persona, quizá lo que constituya más al ser humano es ser esa primera persona en el discurso, lo que es caracterizado en su esencia por la autoconciencia, la relación consigo mismo. Aparecen así unos materiales y fuentes a tener en cuenta por medio de los cuales sus autores se convierten a sí mismos en objetos de preocupación y atención. Son las escrituras del yo: autobiografías, diarios, confesiones, correspondencia epistolar, memorias, etc. En ellas es el hombre en cuanto sujeto intransferible el que se convierte en objeto de reflexión.

 

Hay una distinción entre el diario y la autobiografía que trasciende a otros géneros. Esta diferencia fundamental es que un diario es el registro o notación de lo que el sujeto hace día a día, tiene un valor notacional. Mientras que una autobiografía es la justificación de uno mismo, una reconstrucción del pasado en la que se busca un hilo conductor y donde se elimina lo que no encaja, es una autodicea. Por ello, toda autobiografía está movida por la unidad de sentido, respondiendo a un plan y un programa, en tanto que el diario como registro de las experiencias que uno tiene no obedece a plan alguno. La distinción está relacionada con otra: la vida como programa y la vida como experimento. La autobiografía es la vida entendida como proyecto y se puede ilustrar con la imagen del turista. Mientras que un diario, en tanto que experimento, se correspondería con la figura del viajero.

 

Importantes procesos como la autodefinición no podrían lograrse a partir del solo recuerdo de series cronológicas de sucesos tal y como se recogen en los diarios. Para alcanzar estos objetivos que dan forma a nuestro proyecto vital es necesario organizar y aplicar lógicas interpretativas a las experiencias. El sistema de memoria autobiográfica constituye la base fundamental para la construcción de la identidad, que en formato de narrativa de vida, permite recordar y reconstruir experiencias, reflexionar sobre ellas, ajustar los significados socialmente consensuados, crear argumentos que justifiquen las acciones pasadas, presentes y futuras, comunicarlas y entender las vivencias de otros.

 

 

Bibliografía

 

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Habermas, T., Autobiographical reasoning: arguing and narrating from a biographical perspective. New directions for child and adolescent development ,  (131),Frankfurt am Main, 2011, pp. 1–17.

 

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