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FORMAS BIOGRÁFICAS. CONSTRUCCIÓN Y MITOLOGÍA INDIVIDUAL

 

Conversación con Gabriela Scorza Floriani

Docente en prácticas en el Departamento de Educación del Museo Reina Sofía 

 

"La división entre arte y literatura no existe"

 

 

 

Para este primer encuentro con un agente participante en el montaje de la exposición del volumen a desarrollar, "Formas Biográficas. Construcción y Mitología individual", decidimos aprovechar la realización de prácticas de una compañera del Máster en el Departamento de Educación del MNCARS, que había estado vinculada de manera específica en la investigación, programación y desarrollo de visitas guiadas a esta exposición, para invitarla a que compartiera su experiencia con nosotras. Debido a la confianza que había con ella, se prefirió en lugar de realizar una entrevista al uso, establecer una conversación informal que nos aclarase aspectos o relaciones dentro de la exposición que nos hubieran parecido menos evidentes. Entre otros temas, nos interesaba el papel del comisario en la muestra, la importancia de los textos de sala y el volumen publicado con motivo de la exposición (más parecido a un libro que a un catálogo) o la importancia de las referencias literarias a lo largo de todo el recorrido.

 

 

> Jean-François Chevrier: un director de orquesta relacional

 

Jean-François Chevrier tiene una carrera multidisciplinar, es historiador del arte, profesor, crítico de arte y comisario independiente. Cabe destacar el hecho de que para Chevrier la división entre arte y literatura no existe, sino que debería ser algo mucho más integrado. Trabaja conceptos como la biografía partiendo del drama –subraya cómo en el momento de escribir una vida se seleccionan algunas partes, enfatizando eso que se quiere destacar-, el nombre, el espacio, la memoria, el cuerpo o la cuestión de la casa. Chevrier alude a cómo al nacer ganamos un espacio y un nombre, contamos con una genealogía detrás, un bagaje que nos viene dado, que no es nuestro.

 

La conexión en la exposición con la obra del poeta, ensayista y traductor francés Gérard de Nerval es capital; lo que hace Nerval es reinventar lo biográfico y Chevrier se sirve de ello como plataforma de vuelo. Según palabras del propio comisario, para entender la exposición hay que haber leído a Nerval. La inspiración de Nerval no sólo viene por su manera de escribir, sino que muchos de los artistas escogidos para la exposición son ellos mismos lectores del poeta francés, de cuya obra se desprende la cuestión de la mitología individual, muy presente en esta exposición. A partir del momento en el que se construye algo, se está reconstruyendo ese algo mediante elementos propios que se van sobreponiendo.

 

 

> El espacio expositivo

 

El espacio expositivo está concebido para que todo se pueda relacionar. Como ya hemos señalado, parte de unos elementos clave que se relacionan pero que a la vez están libres para que cada espectador pueda relacionarlos como quiera, descubriéndolos por sí mismo y conectándolos con su experiencia de vida, hecho que otorga a la exposición un carácter muy especial. De hecho, a medida que se avanza en la exposición, muchas obras remiten a salas anteriores, sugiriendo un recorrido de ida y vuelta. Por este motivo, la disposición del espacio es fundamental y cada detalle es importante, habiéndose pensado concienzudamente el montaje. Por ejemplo, para la serie Death dedicada a los mártires palestinos, de Ahlam Shibli, al ser fotografías con tantísima fuerza, desde un principio se expresó la necesidad de aislarlas en una sola sala. Bien es cierto que en contraposición, las fotografías The Black Photo album recopiladas por Santu Mofokeng y exhibidas en el pasillo que nos conduce a la sala de Shibli, quedan prácticamente ignoradas.

 

 

> Selección de artistas 

 

Para el comisario ha primado la selección de obras por encima de los artistas, aunque en el proceso de producción se ha dado cuenta de que a veces las obras de los artistas se comunican mucho entre sí. Al ser una exposición tan densa, las obras que el comisario selecciona no son de artistas legendarios sino aquellas que le han transmitido algo, normalmente caracterizadas por una simplicidad visual. En la selección de las obras se reflejan también los intereses del comisario: sketches de teatro, numerosa fotografía (medio en el cual ha trabajado mucho), etc. La cuestión del drama de la vida también está muy presente, de hecho, gran parte de los artistas que participan tuvieron vidas muy intensas e incluso finales trágicos.

 

Ni siquiera en la última sala de la exposición la condensación de obras se rebaja, pero sí que hay cierta unificación al ser todas ellas obras dedicadas a la figura tratada de distintas formas. La sensación es la de una exposición que no termina, que se puede visitar incontables veces y sacar siempre algo nuevo.

 

 

> Interpretación de las proyecciones de fragmentos de vídeo

 

En el caso del fragmento de la película Pickpocket (Robert Bresson) que se proyecta en la muestra, el comisario buscaba la mezcla del elemento y la cuestión del espacio público y privado. Bresson habla también del espacio de crisis, de la gente que ha perdido el espacio privado. La crisis surge de eso, de no tener un espacio personal, ni público ni privado, de no estar integrado ni en una esfera ni en otra. Esta obra se inspiró en la novela de Fiódor Dostoievski Crimen y Castigo, que también reflexiona sobre eso; en el fragmento seleccionado de la película siempre se retratan espacios intermedios: escaleras, rellanos, etc.

 

 

> Habitación 202. Hôtel du Pavot

 

Lo primero que llama la atención de la instalación de Dorothea Tanning –que por seguir con las infinitas relaciones, su pareja Max Ernst también está representado en la muestra-, es que es una habitación sin cama, es más bien como un salón. Por otro lado, los cuerpos o formas orgánicas anclados a la pared parecen estar escuchando. La habitación 202 es la habitación de la amapola, del olvido. La cuestión del olvido enlaza con Sigmund Freud y su idea de que el olvido era la parte más profunda de la memoria. La amapola es precisamente eso: el opio. Una vez más queda patente la imposibilidad de revelar los significados originales en las traducciones, pues el título de esta obra en español pierde parte del juego de palabras y sentidos que tiene en francés: por un lado “deux cent deux” (doscientos dos) es homónimo a “deux sans deux” (dos sin dos), por el otro sí se percibe el cero separando los doses, ligado a la cuestión de los amantes.

 

La idea primigenia de la habitación (que se exhibió por primera vez como instalación en el Centre Pompidou) era cerrarla; la puerta entreabierta en la instalación del MNCARS parece que alude al hecho de cerrarla otra vez como símbolo del olvido de una relación. El vínculo que algunos han querido ver con la muerte en este caso no se sustenta.

 

Ningún detalle en esta exposición está dejado al azar. Estos juegos de relaciones a los que Chevrier da comienzo en la primera sala con la comparación entre la figura del romanticismo de lo sublime (representado en el cuerpo inerte de la abuela de Claire Tenu yaciendo en la habitación de un hospital) y lo grotesco (figura extraña llenando globos para volar, representada en la obra de Martin Kippenberger) encuentran su correlación final, y no de manera casual, en la ubicación que el comisario otorga a la obra de Charles Ray The New Beetle (El nuevo escarabajo), que representa la figura de un niño jugando en el suelo, situada delante de la instalación Habitación 202. Hôtel du Pavot, en clara oposición a la fotografía de Tenu que abre la exposición.

 

 

> La importancia del texto en la exposición

 

En un principio, Chevrier no quería que hubiera textos de sala en la exposición, sino que las obras hablaran por sí mismas a modo de recorrido visual. Este tipo de visita funciona si el espectador tiene una rica cultura artística o visual, si no se da el caso, es necesario que se le proporcionen ciertas claves o herramientas para establecer esas relaciones. Por otro lado, la ausencia de texto parecía también algo contradictorio, pues en relación a la temática de esta exposición parece que el texto es más importante que nunca, ya que es la manera en que el artista se quiere construir a sí mismo.

 

Finalmente y después de mucho considerarlo con el comisario, se decidió que los textos eran necesarios. Chevrier se dio cuenta de que la ausencia total de textos haría la exposición un poco impracticable, remitiendo a una cuestión de accesibilidad al público. Sin embargo los textos no buscan crear un recorrido unívoco y cerrado, puesto que las obras se comunican de múltiples formas posibles, que no están todas explicadas en los textos. La ilustración textual de esta exposición se podría comparar quizás con los tentáculos de un pulpo, algunos acaban y otros quedan abiertos, pudiendo dar muchas vueltas sobre las relaciones creadas por el comisario. Los textos de sala se han tomado del catálogo de la exposición, pero no todos ellos son de la pluma del comisario, pues también se han incluido fragmentos de libros de autores como Franz Kafka o Henrik Ibsen. Lo que sí se intuye es que la mayoría de los visitantes sienten que son textos muy densos y enormemente concentrados en pocas líneas.

 

Derivado del importante vínculo de la exposición con la literatura, ya mencionado, se llegó a pensar incluir fragmentos de los textos en lengua original para que el público tuviera una percepción más precisa de los mismos. Chevrier, como expresó en una de sus charlas, reivindica la falta de precisión de muchas traducciones, subrayando la importancia de leer a Gérard de Nerval en francés.

 

Para el comisario la exposición se resume en eso: la literatura y el texto, por lo que el catálogo es crucial, es parte integrante de la exposición. Por este motivo el catálogo se empezó a preparar más o menos al mismo tiempo que la exposición.

 

 

> Actividades educativas

 

El departamento de educación preparó los contenidos de esta exposición aproximadamente con mes y medio de antelación, cuando ya estaba cerrada la lista de obras. Las visitas se han pensado para el público en general, sin división por edades, aunque sí se han planteado talleres para colegios que finalmente han resultado ser lo más novedoso y específico para esta exposición. La realización de los talleres se concibe una vez realizada la visita y se estructuran en dos partes. Primero, hay un trabajo previo en el que la educadora visita el colegio de los alumnos que van a asistir al MNCARS con el fin de proponer un proto-proyecto con ellos, que les prepara para la visita a la exposición. Se decidió centrarse en las obras de determinados artistas: Michelangelo Pistoletto, Philip Guston, Louise Bourgeois, Alina Szapocznikow y Dorothea Tanning. Una vez en el museo y antes de la visita, se procede a discutir brevemente con los alumnos sobre el concepto de biografía y lo trabajado en el colegio. Tras la visita, tiene lugar el taller en el que se tratan temas como el elemento, el fragmento o el cuerpo. Para ello siluetan el contorno de su cuerpo en el suelo con cinta adhesiva, sobre la que después escriben sobre su vida. Con ello se pretende hacerles reflexionar sobre la exposición y relacionarla con su vida, su futuro, etc.

 

 

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