

Hegemonía
El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe". Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejército, se trata de un término militar. También se puede hablar de ciudades hegemónicas, como se hacía en el tiempo de la guerra del Peloponeso, en el que se hablaba de la ciudad hegemónica a propósito de la ciudad que dirigía la alianza de las ciudades griegas en lucha entre sí. A día de hoy, la hegemonía designa la superioridad de un Estado respecto a otros, como podría ser EE.UU, la de las culturas, como la de Occidente frente a Oriente, o incluso en el mundo del arte, cuando a partir de los 60, el minimalismo se convirtió en estilo artístico hegemónico. Pero para que algo sea hegemónico, tiene que existir también su oposición, es decir, la subordinación y la dependencia.
La hegemonía, por tanto, designa la superioridad de un elemento - individuo, grupo político, religioso, social, económico - sobre otro, y puede ser material, cultural o social. La hegemonía, en general, es disputada y es fuente de conflictos que intentan desplazarla. Este desplazamiento dará como fruto nuevas cosmovisiones y sistemas sociales. El filósofo marxista Antonio Gramsci (1891-1937) desarrolló el concepto de hegemonía cultural, como el dominio de una clase que impone su visión y sus valores a los otros sectores sociales que conforman la comunidad. A través de esta teoría, Gramsci intentó hallar una explicación teórica que permitiera salir del callejón sin salida en el que se encontraba el marxismo occidental en las primeras décadas del siglo XX.
Para Gramsci, la hegemonía del proletariado representa la transformación, la construcción de una nueva sociedad, de una nueva estructura económica, de una nueva organización política y también de una nueva orientación teórica y cultural. Por lo tanto, la hegemonía se cuela por todos los estamentos que atañen a una sociedad. Como tal, la hegemonía tiene consecuencias no sólo en el plano material de la economía o en el plano de la política, sino sobre el plano de la moral, del conocimiento y de la filosofía. A nivel sociológico y quizá uno de los factores más importantes de esta teoría es que el grupo hegemónico que establece el liderazgo moral, político e intelectual, logra que los intereses de los subordinados sean los intereses de la sociedad, dicho de otro modo, el sistema hegemónico de poder se define por el grado de consenso que obtiene de las masas populares a las que domina.
En este punto, la hegemonía, con su poder colonizador y escurridizo, tiene cierta correspondencia con el concepto foucaultiano de biopoder, entendido como una forma de poder productor, difuso y tentacular. Tal y como lo describe Beatriz Preciado, con el biopoder, “el poder desborda el dominio de lo jurídico, del hábito punitivo, para volverse una fuerza mayor que penetra y constituye el cuerpo del individuo moderno, metamorfoseándose en arquitecturas disciplinarias, textos de ensayo, tablas de estadísticas, modos de empleo, proyectos de higiene pública…”.[1] Se trata de un mecanismo de poder transparente y líquido, pero que llega a colonizar cada pequeña partícula de la vida de la población. El ojo divino que todo lo ve y lo sabe, se ha convertido en las sociedades contemporáneas en sistemas de biopoder con un fuerte componente de “poder-saber” que nos vigila y corrige. Gramsci en este sentido, afirma que el poder hegemónico crea sus propios mecanismos de control para asegurarse un consenso que reside en una red ramificada de instituciones culturales, que manipulan a la masa a través de una ideología transmitida por intelectuales, generando una subordinación pasiva.
Despertarse de este letargo y saber identificar cuáles son esos mecanismos de control transparente que se nos ejercen desde las escuelas, iglesias y hospitales, brazos tentaculares del poder hegemónico, es la jugada que le queda por ganar a la masa ciudadana.
Bibliografía
Gruppi, L. El concepto de hegemonía en Gramsci, Antonio Gramsci. Disponible en www.gramnsci.org.Giacaglia,
Giacaglia,M. Hegemonía. Concepto clave para pensar la política, Tópicos, núm.10, 2001, pp. 151-159.
Preciado, B., Testo yonqui, Espasa, Madrid, 2008.
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[1] Preciado, B, Testo yonqui, Espasa, 2008, Madrid, p. 57.